El diario El Mundo viene protagonizando estos días una campaña en defensa del terrorista Jamal Zougam, condenado por los atentados del 11 de Marzo en Madrid. Campaña que consiste por un lado en poner en duda los testimomios de las víctimas, criminalizándolas, y por otro en presentar a su vez al acusado como un inocente y verdadera víctima de un complot contra su persona. Lo que hace el diario Gara con ETA, para que nos entendamos (Zougam Askatu!). Según Pedro J. Ramírez, director de El Mundo:
los únicos lazos probados entre Zougam y los otros implicados son los propios del comercio; «Llevaba una tienda que vendía tarjetas de móviles en un barrio repleto de marroquíes, perdónenme por haber vendido tarjetas de móviles a marroquíes», podía haber declarado Zougam»; Un tuitero buscó el otro día la elocuencia de la reducción al absurdo: «¿Habrían detenido a Isidoro Alvárez si las tarjetas se hubieran vendido en El Corte Inglés?»
(...) En qué momento se decidió endosarle no sólo la participación en la trama, sino también la autoría directa de la masacre, es algo que no sabemos.
(...) [Zougam] lleva casi ocho años en una celda de aislamiento a la espera o bien de que se declare culpable para mejorar su situación carcelaria, como ha hecho Trashorras, o bien de que la naturaleza vaya haciendo su trabajo de demolición hasta convertirlo en un muerto viviente. «Pronto estaré en silla de ruedas», explica hoy
Pues bien, veamos quién es este angelito al que El Mundo y muchos de sus lectores defienden con tanto interés:
En 2001 la policía francesa solicita a la española que investigue a Jamal Zougam, debido a su relación con terroristas franceses; al registrar su piso se encontraron vídeos de entrenamiento de Mujahidin chechenos en Dagestán, así como el número de Amer Azizi [fugitivo buscado por su relación con los atentados del 11M] y
el número de telefóno de Abu Dahdah, destacado organizador de células yihadistas en España. Se tiene constancia de que en Agosto de 2001 Zougam mantuvo
una conversación telefónica con Abu Dahdah, en la que le dijo que "el viernes fui a ver a Fizazi [líder del grupo que atentó en Casablanca en 2003] y le dije que si necesitaba dinero podríamos ayudarle con nuestros hermanos".
Más llamadas:
El 1 de septiembre de 2001, el imputado en el juicio a la célula española de Al Qaeda Driss Chebli llama a 'Abu Dahdah' y le dice que está con Said Berraj (huido tras los atentados de Madrid), y que a su lado se encuentra Zougam.
Cinco días después, Chebli le vuelve a llamar y le dice que está con 'Mohamed el argelino', Mohamed Belfatmi, quien supuestamente organizó la reunión preparatoria del 11-S, en Tarragona en julio de 2001, y en la que participó el piloto suicida Mohamed Atta.
En la última conversación, del 16 de septiembre, Chebli está con Zougam y llama a 'Abu Dahdah', mientras que en otra llamada telefónica intervenida, Zougam habla con 'Dahdah' desde Marruecos explicándole que había estado con Mohamed Fazazi (condenado en ese país por los atentados de Casablanca), y que estaba intentado contactar con el hermano de uno de los acusados en esta causa. Al no ser posible, según relató el comisario, acuden a Rachid 'El Gordo', Rachid Bendouda, imputado en el 11-M.
Tras los atentados de Casablanca en 2003
Marruecos alertó a España de que Zougam estuvo en Marruecos un mes antes de esa masacre con algunos implicados. De hecho Zougam vivió con Abdellaziz Benyaich, preso por Casablanca, y a quien posteriormente
visitaba en la cárcel. David Courtailler, detenido por el ataque a Kenia y Tanzania y ligado a las redes chechenias de París, tenía contacto con Zougam desde 1998.
Su número de teléfono aparece en una relación que Al Qaeda proporcionó a los terroristas de Casablanca como operativo entrenado y con conocimientos en técnicas de explosivos.
Se le relaciona así mismo con el Mullah Krekar, fundador del grupo terrorista Ansar al-Islam, al que
visitó repetidas veces en Oslo, donde reside. Scotland Yard también le tenía en su lista.
Por supuesto está la prueba que llevó a su detención: la partida de tarjetas SIM de los móviles utilizados en las bombas o los que usaban algunos de los terroristas que se inmolaron en Leganés provenía de su tienda y él mismo llevaba encima en el momento de su detención un móvil con una de esas tarjetas. Pero hay
más relaciones:
en un Mitsubishi Galant propiedad de Zougam (matrícula 0720 BLX) se halló una agenda telefónica en la que consta el teléfono 617814307, perteneciente a Mohamed Alfalah, huido tras el 11M y cuyo perfil genético aparece en el piso de Leganés, y una tajeta SIM perteneciente al teléfono 626519296; entre estos teléfonos existe al menos una llamada, el 4 de Febrero de 2004 a las 15:02:31, con una duración de 47 segundos.
Ah, y sí, en el juicio también hubo tres testigos oculares que le situaron en los trenes el día de la masacre, dos de ellas las heridas en el atentado a quienes El Mundo trata con tanta consideración.
¿Y dice Pedro J. que "los únicos lazos probados entre Zougam y los otros implicados son los propios del comercio"? Pues menuda clientela. ¿Se imagina alguien que un diario nacional defendiese de esa forma a un terrorista etarra con ese curriculum y que estuviese preso por un atentado que costó la vida a 192 personas? ¿Me puede alguien explicar a qué viene una campaña de desinformación de este calibre, en gran parte responsable de que aún hoy muchos de sus lectores sigan empeñados en que ETA tuvo algo que ver o en que todo fue un complot de Rubalcaba para volcar el resultado electoral?
Editado el 17 de Diciembre. Mucha más información sobre la conspiranoia del 11M en
desiertoslejanos.com y en
su foro.