Educación para la ciudadanía conservadora
Nos hemos acostumbrado de tal forma a responder a las críticas a la asignatura Educación para la Ciudadanía, que me temo que hemos pasado por alto un problema: con la excusa de que la asignatura supuestamente atenta contra la religión católica y los principios de determinados centros educativos, alguna editorial y algún conocido psiquiatra han aprovechado para sacar libros de texto (y no me refiero a los de consulta de los profesores, sino a los de los alumnos) con perlas como estas:
A veces se interpreta la no confesionalidad del Estado como una prohibición de la religión en la vida pública (...) Esta interpretación hace que a menudo las opiniones de los creyentes en materias que afectan a la sociedad sean menospreciadas bajo el pretexto de que responden a convicciones religiosas y, por tanto, no tienen cabida en una sociedad laica. La marginación de la voz de los creyentes es injusta y poco democrática y favorece una imposición ideológica por parte del Estado.
La vida de una persona empieza nueve meses antes de su nacimiento: por eso el aborto y la experimentación con embriones atenta contra las personas más indefensas, negándoles la condición de seres humanos con derecho a la vida.
La esencia consiste en la unión de un hombre con una mujer abierta a la procreación. Hoy a cualquier relación la llamamos familia. No son una auténtica familia las parejas de hecho homosexuales; son uniones de hecho respetables, pero no son matrimonio.
2 comentarios
Manipula, que algo queda.
Libertad de catedra, lo llaman.
A la hora de crear la asignatura quizá deberían haber subrayado más la neutralidad.
Por cierto, que la asignatura es prácticamente igual que la que ya se imparte obligatoria hace años en Secundaria como "Ética", parece incluso que sólo la han cambiado el nombre. El caso es que el PP jamás puso ninguna pega contra ésta. Yo la tuve y desde el principio se insistía bastante en la imparcialidad y en la libertad de pensamiento religioso.