Prometer la luna

Con las promesas electorales pasa como con los guiones de las películas de ciencia ficción: vale que me vendas la moto, pero intenta al menos que la historia parezca creíble. Yo que sé, que no salga uno del cine con la sensación de que le han tomado el pelo, sino de que como mucho se lo ha dejado tomar.

Y es que hay promesas electorales y promesas electorales. Por ejemplo, cuando el PP promete que va a subir las pensiones en 150 euros, no suena demasiado creíble, sobre todo si tenemos en cuenta que cuando gobernaban lo que hicieron fue precisamente reducir su poder adquisitivo. Para que nos hagamos una idea, el gobierno actual ha aumentado las pensiones más bajas esta legislatura el triple que el anterior. Esas mismas pensiones que hace 4 años Aznar decía que peligraban si llegaba a gobernar el PSOE, y lo cierto es que con el PSOE se ha multiplicado por 3 el fondo de garantía de la Seguridad Social.



Del mismo modo, cuando se postulan como el partido de aquellos que quieren ver reducido el número de inmigrantes en España, no está de más recordar que entre 1999 y 2003 el número de inmigrantes en España pasó de 800.000 a 2.700.000 y que el Gobierno de Zapatero se encontró 800.000 inmigrantes que trabajaban sin papeles, y por tanto sin pagar impuestos ni cotizar a la Seguridad Social.



Algo similar ocurre cuando el Partido Popular pretende convencernos de que tiene la llave de la solución al problema de la vivienda, cuando todo el mundo sabe que fueron ellos los que lo crearon



En fin, o como cuando dicen que ellos nunca negociarán con ETA, aunque sí lo hicieron en 1998; o que crearán 30.000 nuevos policías, aunque cuando gobernaban quitasen 7.000; o que eliminarán el canon digital, aunque fuesen ellos los que en 2003 impusieron el canon sobre los mismos CDs que ahora van regalando por ahí...

Con las promesas electorales pasa, en suma, que no resultan creíbles en boca de las mismas personas que antes hicieron lo contrario de lo que se promete. Vamos, digo yo.