¡Que son los mismos!
El 9 de Marzo estamos convocados a votar, por décima vez en nuestra democracia, en una elecciones generales. Votar se ha convertido, afortunadamente, en un gesto cotidiano, se podría decir que incluso monótono, dado el bipartidismo que se ha ido consolidando en las últimas 6 o 7 convocatorias. Y sin embargo no todas las elecciones son iguales. Siempre hay algún aspecto novedoso. En 2000 era la primera vez que se presentaban, con relativas opciones de ganar, dos partidos que ya habían gobernado. En 2004, la primera vez en que ninguno de los candidatos había sido presidente anteriormente. Ahora en 2008, es la primera vez que un partido que gobernaba hasta que perdió en las pasadas elecciones, vuelve a presentarse con el mismo candidato. De hecho, y a excepción de Rodrigo Rato, vuelve a presentarse con el mismo equipo.
Y es que, en mi opinión, uno de los aspectos más destacables de esta convocatoria electoral es el carácter de reválida de la convocatoria anterior que ha forzado el Partido Popular. En primer lugar porque han sido numerosas las insinuaciones, cuando no las abiertas críticas, de una supuesta ilegitimidad de las elecciones anteriores. Aceptando el resultado, sí, pero… eso, siempre con un pero (los últimos ejemplos hace pocos días). En segundo lugar, porque el Partido Popular se ha negado, de forma plenamente consciente, a renovar su candidatura. El candidato, el Secretario General, el Portavoz del Grupo Parlamentario, los cabezas de lista de varias provincias... hasta los aspirantes a la sucesión en caso de derrota son los mismos que hace cuatro años.
Se presentan los mismos, por tanto, con el mismo objetivo que han estado persiguiendo en toda la legislatura: demostrar que el resultado de las elecciones anteriores fue injusto, que ellos no merecían perder, que fuimos los españoles los que nos equivocamos. Hasta el punto de que parece que, en vez de pedirnos una segunda oportunidad, nos la estén concediendo ellos a nosotros.
Si pierden puede que por fin entiendan el mensaje, aunque sea con cuatro años de retraso. Quizás así asuman sus errores y se renueven. Si ganan, no habrá servido de nada. Se demostrará que una mentira repetida cien veces se convierte en verdad.
Por eso, porque son los mismos, ahora, como entonces: no a la guerra, este país se merece un Gobierno que no nos mienta.
2 comentarios
JAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!
De verdad tu frase ultima ha sido genial, que bueno joder!
Eso digo yo,no nos merecemos un Gobierno que nos mienta y NO A LA GUERRA.
Eres el mejor de verdad, te lo juro.
Besitos cordiales
La verdad es que no te leía hace tiempo pero es que merece la pena.
liberal, no sé si eres consciente de que precisamente tu risa, esa risa del simpatizante del PP al que le dieron igual tanto las mentiras de la guerra como las del 11M, es un argumento electoral mucho más potente que todos los posts que yo pueda escribir. Cualquier lector no simpatizante del PP que no te conozca la identificará inevitablemente con la risa de Zaplana, con la de Martínez Pujalte o con la de Aznar. Hasta yo, que te conozco, me pregunto a veces a qué vienen esas risas...
¡Saludos!