¡No se vale!

Es lo que solía decir el que iba perdiendo cuando jugábamos en el patio del colegio: ¡No se vale! Y pretendía parar el juego para que se atendiesen sus quejas, que inevitablemente pasaban por algún cambio de reglas sobre la marcha.

No he podido evitar acordarme de esa exclamación de rabieta infantil al leer que el Partido Popular exige ahora "cubrir de inmediato la vacante del magistrado conservador Roberto García-Calvo [fallecido anteayer], con otro juez que, según dijo [Federico Trillo], debería ser 'obviamente' propuesto por el PP".

Vamos a ver. Hace meses que el Partido Popular bloquea la renovación de cargos del Consejo General del Poder Judicial y de cuatro miembros del Tribunal Constitucional, órganos cuya distribución de fuerzas y sensibilidades se corresponde todavía, y debido a este bloqueo, con la de la última legislatura en que gobernó el PP, que propició una mayoría conservadora. Ha pasado ya una legislatura con gobierno del PSOE, y estamos en la segunda. ¿Qué pasa por la cabeza de los dirigentes del Partido Popular (y de gran parte de sus simpatizantes) para que aún hoy sigan manteniendo un razonamiento según el cual no es necesario renovar el CGPJ y el TC pero sí hay que sustituir a Roberto García-Calvo por otro magistrado obviamente propuesto por el PP?