El giro al centro
Durante el primer Gobierno de Aznar a finales de los 90, el Partido Popular se vio obligado a dialogar con los principales partidos nacionalistas, y también se esforzó en mostrar una imagen más centrada, que culminaría con aquel efectista giro al centro que dio la mayoría absoluta al PP en 2000. Todos sabemos lo que ocurrió en la siguiente legislatura, en la que se sentaron las bases del aislamiento del PP en el hemiciclo e incluso ante la sociedad, en asuntos fundamentales como el decretazo o la guerra de Irak.
Cuando Aznar nombró a Rajoy como su sucesor, se dijo de éste que era un candidato moderado, amante del diálogo y que, de ganar, mantendría la política económica del PP pero recuperando la concertación social en un nuevo giro al centro. Poco tardamos en ver lo equivocado de esa visión. Mariano Rajoy ha liderado una de las oposiciones más crispadoras de nuestra joven democracia, ostentando el triste récord de haber dedicado al presidente del Gobierno la mayor lista de insultos que se recuerda.
En los últimos meses el Partido Popular se ha visto inmerso en una turbulenta lucha de poder, que lejos de estar resuelta, parece haber entrado en una fase de tregua tras el congreso nacional del partido. En cualquier caso, ¿qué es lo que se nos dice ahora del nuevo Rajoy? Que es un moderado y que pretende pilotar un nuevo giro al centro mostrándose más dialogante y acercando posiciones con los principales partidos nacionalistas. ¿No os suena?
Pues qué queréis que os diga, no sé por qué será, pero yo no puedo evitar tener un profunda sensación de déjà vu. Aunque claro, teniendo en cuenta lo que ya adviertiera Alfonso Guerra hace casi 10 años, a estas alturas los votantes del PP deben tener tal mareo con tanto giro, que yo creo que ya ni saben dónde están ni les importa.
1 comentario
A los votantes del PP les da igual los giros, trompos o porrazos del partido y de sus representantes. Ellos periódicamente acuden a las urnas y depositan su voto a favor del PP. Sin preguntas, sin críticas, sin dudas. Lo demás, no importa.