El pacto de la ceguera
Vuelve Iñaki Gabilondo y, como siempre, no puedo estar más de acuerdo con él:
Hoy hemos visto cómo va a ser la legislatura. Hoy, todos han presentado su personaje para la representación de la batalla política. Pero, si los partidos pudieran hablarse con sinceridad, y nosotros con ellos, nos diríamos cosas del siguiente tenor: que con terremoto internacional o sin él, nuestro modelo de crecimiento tenía los días contados; que si estuviera en el gobierno el PP, hubiera ocurrido igualmente; que si Rajoy hubiera ganado en marzo, diría lo que hoy dice Zapatero y viceversa; que todos, gobiernos, oposiciones y ciudadanía, hemos vivido muy contentos esta década en jauja, la España del bosque de grúas, la gran fiesta especulativa en la que todos nos creíamos millonarios, la época que abrió Aznar al declarar edificable todo el suelo patrio y que los demás partidos siguieron, con correcciones superficiales, en comunidades autónomas y en municipios de uno u otro color; que cada gobierno se ha querido apuntar el éxito como fruto de su talento gestor y se ha creído que España era lo que no era todavía: un país rico y de riqueza estable. Hemos vivido todos en complicidad el pacto de la ceguera, fingiendo ignorar lo que sabíamos, la caducidad del modelo, su superficialidad estructural, la consagración de malísimos hábitos, corruptelas y dineros negros. Cosas así nos diríamos. Pero la función ha de continuar, así que al gobierno le toca hacer ahora de pararrayos de toda la frustración nacional, y a Rajoy simular que él sí que sabe. Mientras, nos espera el gran desafió, el gran salto a la verdadera modernidad: la del conocimiento
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