Sólo Allah, El Grande, es la base de la moralidad
Imaginad por un momento, como ha hecho Nushu en un post de Escolar, que algún país, pongamos por ejemplo Turquía, eligiese como presidente de su Tribunal Supremo a un islamista que hiciese declaraciones como estas
"Sólo en amar a Allah y hacerle amar, en una vida coherente y cabal, se encuentra la única y verdadera Justicia"
"En cualquier caso, los musulmanes obedeciendo el Coran, nunca nos equivocamos"
"Sólo Allah, El Grande, es la base inamovible y la condición insustituible de la moralidad"
"Quien negara a la persona humana más inocente y débil, la persona humana ya concebida pero todavía no nacida, cometería una gravísima violación del orden moral"
Ahora, con la mano en el corazón, pensad si defenderíais al recién elegido como máximo responsable de la Justicia de ese país alegando que esas declaraciones pertenecen exclusivamente al ámbito personal.
No sé, quizás soy yo, que soy un ateo inmoral, incoherente e insensato, pero a mi esto me parece una barbaridad.
3 comentarios
La judicatura es una olla a presión de reaccionarios fundamentalistas.
Esos comentarios son calcados de los hechos por cualquier funcionario de la República Islámica de Iran. Creo que a los católicos les caen mal los islamistas por pura envidia, ya que los principios son los mismos.
fet (joder, qué foto, por Allah), la judicatura lo que seguro que no es es un espejo de la sociedad. Tanto que estamos siempre con que si los políticos esto o los políticos lo otro, por lo menos están donde están porque les elegimos nosotros (de aquella manera, todo hay que decirlo, pero algo es algo). Pero hay muchos jueces (no todos, evidentemente) que están donde están por haberse podido permitir pegarse una empollada durante años sin tener que trabajar, o por ser del Opus como la mitad de los del tribunal opositor, o por ser hijos de fulano o de mengano. Y yo de esos me fío bien poco.
Musmushi, como leí el otro día en lo de Rinzewind, "No dejes nunca que tu sentido de la moral te impida hacer lo que es correcto". Y yo personalmente prefiero que quienes siguen unos principios revelados por un amigo invisible se limiten a aplicárselos a sí mismos. En su vida pública (y como presidente del Supremo es evidente que tiene una gran responsabilidad pública) espero que se abstenga de seguir esos principios.