Morboria y el obispo ofendido

El sábado, día anterior al Corpus, Toledo recibió el pasacalles de la compañía Morboria. "Nos contrató el Ayuntamiento e hicimos un auto basado en la danza de la muerte del Siglo XV", explica Eva de Palacio, directora de la compañía. Ésta añade que había "un rey, un obispo, guerreros muertos, almas salvadas, el arcángel, san Pedro, zombis, ángeles y detrás de ellos una virgen". La Virgen no era una talla, sino una actriz caracterizada "con la iconografía barroca y lujo de oropeles".

Una Santa Compaña de esqueletos, soldados leprosos, obispos, prostitutas y emperadores sojuzgados por la Muerte. Toledo habría vuelto a los tiempos de la Peste Negra de no ser por la mezcolanza de referentes celtas, extraídos del imaginario de los aficionados a JRR Tolkien, autor de El Señor de los Anillos; armaduras renacentistas a la manera de Excalibur, la película de John Boorman; personajes del Tren de la Bruja; una imagen de la Virgen representada por una mimo y música de Mozart para remezclarlo todo. De nuevo, una apuesta por el mestizaje que enganchó a la mayoría de los asistentes

Un pasacalles con alegorías medievales, fantásticas, simplemente teatro... que ha provocado la siguiente reacción del Cardenal Antonio Cañizares

Monseñor Antonio Cañizares pidió ayer «que en España se restituya la auténtica libertad religiosa». Lo hizo durante la homilía de la misa pontifical previa a la procesión del Corpus, donde aseguró que «necesitamos libertad religiosa, sí, necesitamos también libertad religiosa para los cristianos, porque son muchos los insultos, son muchas las ofensas que está recibiendo la Iglesia ante la pasividad de tantos».

Cañizares ya comenzó la misa del Corpus pidiendo perdón «por los ultrajes al Cuerpo de Cristo, por los que ayer con verdadero escarnio, sarcasmo, con verdaderas blasfemias estaban insultando, estaban intentando agredir al Cuerpo de Cristo». Se refería a la Cabalgata Mortuoria de Morboria Teatro que la víspera, sábado por la tarde, había recorrido Toledo bajo los mismos toldos que la procesión de ayer

No, no y no. Primero porque la calle no es suya. Segundo porque hay que tener la piel muy fina para sentirse ofendido por una cabalgata en que se representa la vida y las leyendas de la época medieval. Tercero porque a este paso va a ser imposible hacer una película sobre Torquemada, o se pedirá la prohibición de Los Tres Mosqueteros bajo el pretexto de que pone en mal lugar al Cardenal Richelieu. Por lo visto el propio Señor de los Anillos no lo condenan porque tienen su propia teoría, que si no se iban a enterar estos blasfemos.

Pero ya puestos, imaginemos que hubiese un culto para el que Aragorn y Gandalf fuesen profetas, y Frodo Bolsón el mesías que destruyó el anillo único en el fuego de Mordor. Leyendo la reseña de La Tribuna de Toledo, esta cabalgata les podría haber parecido tan blasfema como al Cardenal Cañizares. Y sin embargo está claro que nos habría traído sin cuidado. La pregunta que hay que hacerse por lo tanto es ¿dónde está la diferencia?

Cuando ocurren cosas así no puedo evitar acordarme de las caricaturas de Mahoma del año pasado, cuando todos defendimos el derecho a la libertad de expresión de los caricaturistas frente a los intolerantes. ¿O no?

Actualizado un rato más tarde. La noticia ha llegado, a través de la agencia Reuters, incluso a Nueva Zelanda. Y me encanta la forma en que termina el artículo:

Toledo retains a reputation as one of the most conservative towns in Spain. It was once home to a permanent office of the Spanish Inquisition, which had more painful methods of dealing with blasphemy than those available to Canizares.