Volando vengo
15:50. Me quito el traje de protección, la máscara, los guantes y los cubrebotas. Thank god it's friday.
16:00. Cojo el tranvía 1 o el 10 del Scheveningseweg a la estación central de La Haya. No, los tranvías no tienen tele. Menos mal que el partido no es importante.
16:20. Cojo el tren rápido al aeropuerto de Schiphol. No, no, aquí tampoco.
16:55. Ya he facturado por internet, así que sólo tengo que hacer la cola del control de seguridad y dirigirme a la puerta de embarque. Aquí digo yo que ya sí, ¿no?
17:50. Despega el avión. Este trimestre toca Fun with Dick and Jane, la última de Jim Carrey, que sólamente he visto 6 veces.
20:15. Llegada al aeropuerto de Alicante. Mi asiento está en la tercera fila y sólo llevo equipaje de mano. En 10 minutos estoy en la calle.
20:30. El chófer me estará esperando para llevarme a Murcia. Supongo que le pagaré una cerveza por el favor (y por llamarle chófer en el blog, que yo entiendo que mis amigos no me aguanten cuando me pongo en plan international diplomatic capullo).
21:20. Comienza el fin de semana. Durante 48 horas me olvido de que en realidad yo no vivo allí y de que el viaje de vuelta es, más o menos, igual pero al revés.
Más información en volando voy.
2 comentarios
Lo que daría por verte con el traje de protección ese... pero con verte me conformo, que no es poco.
E., vente pa Holanda!!!
Nota: al final el chófer se vengó haciéndome cargar con un armario de Ikea. Qué mal está el servicio...