No hay comparación

El debate celebrado ayer para informar de la situación en Irak tras los execrables ataques que acabaron con la vida de los siete abnegados agentes españoles ha servido para demostrar que las posturas entre el Gobierno y la oposición no están hoy tan radicalmente alejadas como lo estaban la pasada primavera. Esto es así, en gran medida, por la evolución del PSOE, cuyo secretario general demostró ayer que la caricatura que se ha hecho de él como un líder irresponsable y oportunista es injusta al tenderle la mano a Aznar con un ofrecimiento de diálogo que el presidente haría bien en considerar.

En su intervención, Zapatero demostró que, aunque no ha olvidado los errores cometidos por el Gobierno en relación con la guerra, considera que para encontrar la salida al sangriento callejón en el que se ha convertido Irak sería muy conveniente recuperar el consenso perdido en materia de política exterior. Concretamente, apuntó que está dispuesto a «superar la fase de discusión» sobre las responsabilidades de Aznar en las consecuencias negativas que ha tenido la intervención militar si éste «rectifica» y recaba la intervención de la ONU y una colaboración más estrecha con la Liga Arabe y los países del entorno de Irak (...)

Pero Aznar rechazó ayer de cuajo las sugerencias de Zapatero. Al final de su réplica, sentenció: «si se hacen apelaciones al consenso, que sean serias, firmes y se mantengan durante un tiempo».Su alusión al cambio de postura de los socialistas resulta injusta en la medida en que el mayor ejemplo de una estrategia errática en torno a Irak es precisamente la Casa Blanca.

Editorial de El Mundo el 3 de Diciembre de 2003, tras la muerte de los agentes del CNI en Irak.

(Lo de las apelaciones al consenso serias, firmes y que se mantengan durante un tiempo se lo podría aplicar Rajoy, por cierto)