martes, julio 31, 2007

Stairway to heaven

¡Que tal va la cosa!

Pues estuve viendo a Robert Plant el domingo y tengo que decir lo siguiente:

Era un domingo típico de vuelta de las playas, las carreteras rezumaban domingueros abatidos al vislumbrar otro tedioso lunes veraniego. Al llegar a los aledaños del concierto, no había problema de aparcamiento lo que no me daba buena espina. Nada hacía presagiar que la noche fuera un éxito, tampoco me había hecho demasiadas ilusiones recordando a otros míticos músicos que decepcionan en su vuelta a los escenarios. Al acercarnos al recinto se escapaban notas musicales que mas que conocidas ya son como familiares, como de casita. Quiénes iban a ser sino nuestros queridos Marañones que hicieron lo que pudieron ante el escaso público que a esa hora se congregaba.

Pero en un momento todo cambió, en menos de lo que tarda S. en ir a por una caña, habían cambiado el escenario y con puntualidad inglesa aparecieron los músicos acompañando al auténtico protagonista de la noche. Sin casi darnos cuenta, se había llenado el recinto de heavys trasnochados, parejas de ingleses intentando recordar sus tiempos mozos y los de siempre, encontrándonos envueltos por una música que llegaba hasta dentro, que nos hacía volar y que si cerrabas los ojos lo único que te venía a la mente era una frase "Lowenstein" ... perdón quería decir "me importa todo una puta mierda".

En dos segundos aparqué todas mis dudas sobre la capacidad de Plant para hacer algo importante sobre un escenario. Con una voz envolvente, que no da un tono sin darle sentido a la estrofa interpretada, y con sus alaridos mas representativos, fue desgranando temas que fusionaba todo tipo de sonidos, marcados muchos de ellos por tonos propios de la música árabe y versionando algunos clásicos a los que infudieron su propia personalidad con acierto.

Pero todo el mundo esperaba que nos regalaran algunos de los temas míticos de Led Zeppelin y no defraudaron. Aparte de una versión algo extraña del Black Dog, los dos momentos mas especiales y que nos pusieron los pelos como escarpias fué mi canción favorita de los Zep "Baby, I'm gonna leave you" y el clásico "Whole Lotta Love" para cerrar el concierto y llevarnos "peldaño a peldaño hasta el cielo".

Bueno pues lo dicho fue fantástico. Por cierto vi a M. con T. que no se pierden una. Me dieron recuerdos para JACS.

Evaristo, anda, ponme la crítica musical en el blog, porfa, que me hace ilu. Qué maricón me ha salido coño.

Hasta luego,

El liberal

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