Mayoría suficiente
El Partido Socialista ha ganado las elecciones. Su distancia con el PP se mantiene respecto a 2004, pero esta vez las cosas son bien distintas: en 2004, al igual que ocurriera con el PP en 1996, el PSOE necesitaba del apoyo de más de un grupo parlamentario para alcanzar los 176 escaños que conforman la mayoría absoluta. Ni siquiera CIU, con 10 escaños, permitía en 2004 al PSOE, que tuvo 164, alcanzar la mayoría. Como tampoco ocurrió en 1996, cuando los 16 escaños de CIU no fueron suficientes (aunque en ese caso sí absolutamente necesarios) para los 156 que había obtenido el PP.
Sin embargo, ahora, con 169 escaños del PSOE, los 11 de CIU sí alcanzan para la mayoría absoluta. También los 6 + 1 de PNV y Na-Bai (recordemos que el PNV pertenece a esta coalición en Navarra). Por supuesto, el apoyo complementario de otros partidos que no forman grupo parlamentario propio, como IU, BNG o Coalición Canaria, permitiría disponer de mayorías más holgadas.
De forma que, en mi opinión, lo más destacable de los resultados de 2008 es que ninguno de los grupos parlamentarios minoritarios tiene la llave de la gobernabilidad. Los dos, CIU y PNV, pueden participar en acuerdos con el partido en el Gobierno, pero ninguno de ellos es indispensable hasta el punto de poder condicionar sustancialmente el contenido de dichos acuerdos.
Meditación post-electoral: Rajoy se ha pasado toda la campaña repitiendo que él es previsible y que todos saben lo que él piensa. Y lo curioso es que nadie sabe qué habría hecho si hubiese ganado con un resultado similar al de 1996, que era lo único a lo que, según las encuestas, podía aspirar: ¿hablar catalán y euskera en la intimidad? ¿Retirar el recurso sobre el Estatuto catalán ante el Tribunal Constitucional? ¿Dejar de hacer demagogia contra los nacionalismos periféricos? ¿Reunirse con Ibarretxe para hablar del futuro de los vascos y las vascas?
0 comentarios