domingo, mayo 25, 2008

Una cosa y su contraria

Habla hoy el Gran Wyoming de la caverna mediática (ya se sabe, El Mundo, La Cope y compañía) y de sus "seguidores que, en su estado acrítico, aceptando cual dogma una cosa y su contraria, alcanzan la catadura moral de sus insustituibles hoolligans mediáticos". Y no puedo estár más de acuerdo con él. Porque vamos a ver, ¿cómo se explica si no que un mismo colectivo de ciudadanos interesados por la política y consumidores habituales de radio y prensa -en otras palabras, con un nivel bastante superior a la media en lo que se refiere a información sobre la actualidad política- acepte tan a menudo una cosa y su contraria? Veamos algunos ejemplos:

Por un lado se muestra una solidaridad sin límites con las víctimas del terrorismo etarra, a la vez que se muestra el mayor desprecio por los terroristas y quienes les apoyan. Por otro, se ningunea -cuando no se insulta abiertamente- a las víctimas del atentado de Marzo de 2004 en Madrid, el mayor de la historia de España, a la vez que se muestra un incomprensible interés por alimentar la duda sobre la autoría de los terroristas que lo cometieron, llegando incluso a defender teorías ridículas que supondrían su puesta en libertad.

Por un lado se condena y excluye la búsqueda del fin dialogado del terrorismo etarra, llegándose incluso a anatemizar el uso de la palabra paz, a la vez que se promueve la persecución judicial de todo aquel que mantenga siquiera un contacto con los dirigentes de lo que se conoce como el brazo político de la banda. Por otro, se aplaude el valiente paso hacia la paz de Aznar cuando buscó el fin dialogado del terrorismo etarra, a la vez que se defiende su derecho a reunirse en su momento con dirigentes de su brazo político.

Por un lado se defiende una política económica liberal según la cual el estado no debe inmiscuirse en los asuntos del Mercado, que debe regirse exclusivamente por sus inmutables leyes de la oferta y la demanda. Por otro, se subvenciona con 1,3 billones de pesetas a las eléctricas en 1998, afirmándose que la medida repercutiría en una reducción de la tarifa eléctrica (sin comentarios); se aprueba una Ley del Suelo en 1998 que aumentaba la cantidad de suelo urbanizable, afirmándose que la medida repercutiría en una reducción de un 10% del precio de la vivienda (sin comentarios); y más recientemente, sin la más mínima señal de arrepentimiento, y cual ludópata que ha gastado su última moneda, se pide al Gobierno que financie la crisis creada en el sector inmobiliario con el fondo de las pensiones o con el superávit del estado (sin comentarios); curiosísimo este último tema, si tenemos en cuenta que hace 4 años esos mismos promotores pedían al Gobierno entrante que no interveniese en el libre mercado y que respetase el juego de la oferta y la demanda.

Por un lado se asegura que el Partido Popular es un partido de centro reformista (ni tan siquiera de centro-derecha, no, de centro a secas), motivo por el cual el propio Rajoy fue encumbrado sin ir más lejos en el anterior Congreso del partido hace 4 años. Por otro... bueno, en fin, esto ya se lo dejo como ejercicio al lector, porque es que a mí me da la risa.

Hay más ejemplos. Es lo que tiene esta nueva forma de entender la política sin complejos que practican algunos, ya sea desde su escaño, su micrófono, su redacción, o la Universidad de Geoooorgetown. Que lo mismo te digo una cosa que te digo otra. Total, ¿qué más da? si al final sus seguidores les aplauden con las orejas digan lo que digan

Actualizado al día siguiente. Pues parece que Álvarez Cascos me ha chafado el ejercicio que había puesto. Quiere que el PP deje de denominarse "de centro". ¿Pero este no era el partido predecible y en el que se podía confiar? ¿Y ahora qué hacen los votantes? ¿Pedir que les devuelvan su dinero?

5 comentarios

Fet dijo el 25/5/08 2:25 p. m.

Sólo un pero. Cuando dices "solidaridad sin límites con las víctimas del terrorismo etarra" omites la parte más importante: de su cuerda. Porque lo que han hecho con Eduardo Madina o recientemente con Sandra Carrasco indica que son inconsistentes y contradictorios más allá de una cosa y la contraria. Su incoherencia afecta incluso a lo que aparenta ser sus principios.
Encefalograma plano, pero plano, plano.

Evaristo dijo el 25/5/08 7:08 p. m.

Tienes razón, Fétido. De hecho yo había escrito la frase primero como "solidaridad sin límites con las víctimas del terrorismo", y le he añadido "etarra" porque si no quedaba inconsistente con lo que venía después sobre el terrorismo no etarra. Pero, como dices, a la frase todavía hay que añadirle "de su cuerda".

Y seguro que también se acabaría quedando corta, porque si algún día sale alguna víctima del terrorismo etarra de su cuerda diciendo algo que incomode de alguna forma a Don Federico, y éste se dedica a ponerla a caldo desde su púlpito de misa de siete, tampoco les parecerá incoherente. Al fin y al cabo, sus jefes quitan el purgatorio después de 1000 años y aquí no pasa nada.

Alberto dijo el 25/5/08 8:31 p. m.

Muy buen artículo, me ha encantado. Lo más curioso es que esos que aceptan una cosa y la contraria son los que van por ahí acusando a otros de sectarios, ciegos y demás lindezas. El daño que esta caverna mediática ha hecho a la sociedad española es incalculable. Un saludo y de nuevo felicidades por tu post.

Small Blue Thing dijo el 26/5/08 1:21 p. m.

Muy bueno el apunte del Tito Fétido. Lo que pasa es que a Evaristo se le ha ido el detalle porque es buena persona y no se imagina hacerle semejantes barbaridades a ninguno de esos tipejos.

Es lo que tiene.

... y sí, hace tiempo que me considero mejor persona que muchos de ellos, siento la falta de modestia.

Fet dijo el 26/5/08 3:20 p. m.

No es falta de modestia, Blue. Es objetividad pura y dura.

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