Al final, la verdad prevalece
Ya ocurrió con el caso Bono, en el que el Tribunal Supremo acabó anulando la sentencia del juez Hidalgo que acusaba injustamente a unos policías por detener a los sospechosos de una agresión al ministro Bono. También lo pudimos comprobar con el caso Bórico, en el que la Audiencia de Madrid acabó absolviendo a los altos cargos de la policía científica que habían tenido que corregir las elucubraciones sin fundamento de unos peritos que se habían inventado una supuesta conexión 11M-ETA. Ocurrió con todos y cada uno de los bulos del 11M, con las mentiras de la guerra de Irak, y lo estamos viendo estos días con el juicio del Yak42.
La verdad siempre prevalece. También lo hizo en el caso Leganés, cuya cronología publica hoy el diario El País. Uno más de los muchos ejemplos por los que hace tiempo que pienso que los liberales-reformistas de centro-derecha se harían un favor a sí mismos si dejaran de escuchar la COPE y de leer El Mundo.
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