La ciudad perdida
Advertencia, este post contiene spoilers, pero que conste que es sin mala intención.
Ayer fuimos a ver La Ciudad Perdida: en versión original y con subitítulos en Holandés, como dios manda. Se trata de la primera película dirigida por Andy García, en la que también realiza el papel principal. Por un lado la peli me pareció innecesariamente larga (le sobran un montón de escenas de desfile de modas con Inés Sastre), pero también es cierto que la música y las escenas de baile están muy bien. Así que, a pesar de todo lo que voy a escribir aquí, no suspendo la película. Lo que sí que me parece remarcable es el carácter en mi opinión fálsamente apolítico del personaje y, en general, de la propia película, que transcurre en la Cuba de 1959, durante la revolución castrista.
Se nos muestra una Cuba en la que todo el mundo es de clase media y, aunque hay una implícita crítica a la dictadura de Batista (él y su asistente forman una especie de doble caricatura del Señor Burns y Smithers), la vida antes de la revolución es placentera, ordenada y feliz. En palabras de Fico Fellove (Andy García), una especie de doble de Rick de Casablanca, lo que el país necesita en ese momento es "una evolución y no una revolución". El personaje no quiere meterse en política y tampoco parece que la sociedad en la que vive necesite realmente su implicación. Nadie es analfabeto o pobre y todos pasan las noches en los muchos clubs nocturnos tomando cócteles y bailando, sin aparentes mayores preocupaciones.
Sin embargo, cuando la revolución es un hecho, pasamos de la crítica caricaturesca (pero inocente) de Batista a la descripción de un Che Guevara cruel, déspota, asesino a sangre fría y manipulador que nada más alcanzar el poder (Fidel Castro prácticamente no aparece) se dedica a vender Cuba a la Unión Soviética. No hay ninguna referencia a la inminente invasión de Estados Unidos y la acogida del pueblo a los guerrilleros se limita a un par de escenas de archivo en blanco y negro con frases de Fidel Castro sacadas de contexto.
La tragedia familiar de los Fellove se utiliza sin descaro para enfatizar el mensaje político: el melodrama del hermano castrista que causa un ataque al corazón al tío bonachón de la familia al ir a comunicarle que sus tierras van a ser expropiadas es un ejemplo de ello. En otras palabras: los malos son muy malos (los comunistas son muy comunistas) y los buenos son muy buenos.
En fin, el que quiera saber más sobre el tema, puede leer las críticas que ha recibido la película en Estados Unidos, de entre las que me ha parecido especialmente buena la del New York Times. Y, por supuesto, lo que opinan los que no opinan lo mismo que yo.
2 comentarios
Holaaaaaa
Yo como siempre, vengo a molestar, y a recordarte los comentarios que intercambiamos respecto a que no había aumentado el nº de inmigrantes debido al efecto llamada...
(es que no te he visto decir nada al respecto en el post anterior sobre inmigración, je je)
¿qué tal el finde? ¿para cuándo una visita cordobesa?
Hola Skywalker!
Nada, tú puedes venir a molestar todo lo que quieras. Sí, recuerdo haber comentado estos temas contigo y está claro que este verano ha aumentado espectacularmente el número de inmigrantes subsaharianos que llegan en cayuco en verano. Otra cosa son las cifras de inmigrantes ecuatorianos, por ejemplo, que ya no vienen al mismo ritmo que venían antes. Amén de que habrían que demostrar que realmente estos inmigrantes de los cayucos vienen más a causa de la ley de regularización del gobierno socialista.
La Cadena SER da hoy otro dato interesante.
El finde bien, descansando de los viajecillos de este verano. E. se va pasado mañana. La visita cordobesa está chunga por aquello de que vivo un pelín lejos, pero en cuanto podamos (algún finde largo que vaya para allá y tal) no te digo que no...
Saludos!!!