lunes, junio 11, 2007

Es perfectamente normal

Recuerdo cuando en la segunda mitad de los noventa corrían como la pólvora todo tipo de bulos sobre los negocios de Felipe González (¿o debo decir Míster X?), ese corrupto señor oscuro de las cloacas del estado que gobernó (para sus amigos) España durante aquel periodo negro entre la primera y la segunda transición españolas.

Supongo que algunos le tenían demasiadas ganas como para dejarle irse de rositas y, al fin y al cabo, ¿para qué quiere uno un periódico si no es para echarle pulsos al Gobierno? Lo importante, como dice mi amigo el liberal-conservador-reformista de centro-derecha no es que a González se le condenase o no por algo, sino que la gente piensa que fue el señor X de los GAL. Que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos opine (como yo desde hace casi 10 años) que la sentencia que condenó a Vera y Barrionuevo fue injusta, es en realidad lo mismo: ¿qué más le da eso a la gente?

Ahora estamos en 2007 y sabemos que es perfectamente normal que un ex presidente oculte un contrato con una corporación extranjera el mismo año en que deja sus funciones y que fiche por un fondo de inversión de alto riesgo con sede fiscal en las Islas Caimán y con intereses en empresas de nuestro país. No parece nada de lo que debamos extrañarnos especialmente, teniendo en cuenta que a buena parte de los presidentes de las empresas del IBEX35 los nombró él y son amigos suyos de todas maneras.

En Murcia ocurrió algo similar. A mediados de los noventa algún amigo mío se vanagloriaba de haber llamado corrupto a la cara al anterior presidente autonómico socialista al cruzárselo por la calle. No me cabe duda de que si le preguntase ahora a ese amigo cual era exactamente el caso de corrupción del que acusaba a este señor no me daría ninguna respuesta concreta (porque no la hay), pero supongo que a él eso a estas alturas le da igual. Es lo que opina la gente, ¿no? Pues ya está.

Estamos en 2007 y ahora sabemos que un presidente regional (sin ningún patrimonio anterior de relevancia) tiene todo el derecho a tener un chalet en la playa a precio de coste y un ático en la Gran Vía a un tercio del precio de mercado. Al igual que es perfectamente normal que su familia tenga 10 empresas inmobiliarias y que su hermano esté relacionado con los proyectos urbanísticos más polémicos de la región.

¿Dónde estará toda esa gente que andaba tan indignada en los noventa con la corrupción y a los que ahora todo les parece perfectamente normal?

¡Hola!

¿Hay alguien?

2 comentarios

Anónimo dijo el 12/6/07 8:24 a. m.

PERFECTA AL 100% LA REFLEXIÓN.. LEÍ MUY ESCANDALIZADO LA NOTICIA DE ANSÓN EN SU MOMENTO Y ME PARECIÓ DE JUZGADO DE GUARDIA
UN SALUDO.. TE AGREGO A FAVORITOS.
http://controlaltsuprimir.blogia.com

Small Blue Thing dijo el 12/6/07 9:32 a. m.

Te responde mi tío, en una de sus declaraciones más sembradas:

- Cuando yo era pequeño (en su pueblo de Jaén) íbamos a pedirle al rico, no al pobre. ¿Por qué entonces tenemos que votar a la izquierda y no a la derecha?

Entre esto y la alta intelectualidad que nos rodea, Majestad, ¿todavía espera otra respuesta a su pregunta?

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