miércoles, julio 09, 2008

Falta de respeto



En realidad la Mesa del Turismo (organización que agrupa a una treintena de empresas privadas del sector) lo que ha dicho es que en su opinión "la falta de respeto a la cooficialidad lingüística autonómica perjudica la imagen del turismo español", y no eso que titulaba ayer El Mundo. Pero da igual, no voy a entrar en el matiz. Tampoco voy a entrar a valorar si realmente se produce alguno de los problemas que indican. En lugar de eso voy a contar una historia (hoy me siento cuentacuentos) que ocurrió hace mucho tiempo en la misma ciudad de la que hablé anteayer:

El primer castillo en lo que ahora se conoce como la ciudad de Bruselas fue construido en el siglo XII por los condes de Lovaina y Bruselas. Hasta el siglo XVIII, y sobre todo hasta la formación del Reino de Bélgica en el XIX, en que se produjo el proceso de francofonización, Bruselas había sido una ciudad de habla exclusivamente flamenca (neerlandés). No hay más que echar un vistazo a su Grote Markt (más conocida por todos como la Grand Place) para reconocer una típica Plaza Mayor flamenca, como las de Gante, Brujas o Amberes. Pero la inmigración francófona, junto con el bajo prestigio social que disfrutó el neerlandés hasta los años 60 del siglo pasado, convirtieron al francés en la lengua franca de Bruselas, con un 85% de su población que habla este idioma frente al 15% que habla neerlandés.

La polémica sobre esta ciudad (y su área metropolitana), que tanto los flamencos como los valones reclaman como capital de su región, tiene difícil solución, máxime desde que las provincias flamencas vuelven a ser las más pujantes del país: ¿hay que dejar que el proceso de francofonización siga su curso hasta que Bruselas se termine de convertir en una ciudad monolingüe? ¿O debe por el contrario evitarse esa situación tomando medidas en el sistema de enseñanza, por ejemplo?

Algún visitante podría decir que el neerlandés lastra el turismo en Bélgica. Y es evidente que hay muchos turistas que entienden el francés y a los que no les sirve de mucho que en un cartel del aeropuerto de Zaventem ponga "Luchthaven" o "Vertrektijden". Así que sí (y esta es la moraleja del cuento), quizás en ese caso se podría hablar de "falta de respeto", pero en mi opinión sería más bien la del propio visitante, sobre todo si se tratase de un "turista nacional francohablante".

(si no pilláis la moraleja, podéis leer este post de Manolo Saco en que trata el mismo tema por la parte que nos toca)

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