Mucho, mucho ruido
Son ya 5 años de enconado debate sobre la reforma del estatuto de Cataluña. Ya sea exclusivamente por su contenido o en parte también porque se trata de Cataluña, el caso es que se trata de un estatuto que genera polémica, eso está claro: no hay más que ver lo (relativamente) fácilmente que se han aprobado las reformas de los estatutos de otras comunidades autónomas. Y ya van 3 años desde que, tras su elaboración, el Partido Popular presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional. Ha habido de todo: zancadillas, recusaciones, imposibilidad de renovar a los miembros del Tribunal y presión mediática, mucha presión mediática. El último capítulo, de momento, un artículo conjunto de 12 diarios editados en Cataluña, aplaudido unánimemente por el nacionalismo catalán y que ya ha recibido la correspondiente respuesta del diario de cabecera del nacionalismo español.
Y digo yo, a todo esto, e independientemente de quién tenga razón en este tema (me temo que ni los unos ni los otros, y que conste que no es equidistancia, sino que se lo han ganado a pulso), ¿qué opinan del follón este del estatuto los ciudadanos? ¿Realmente se corresponden los hectómetros cúbicos de tinta que van gastados en este tema con las inquietudes de los catalanes y del resto de los españoles? Lo digo por dos cosas:
a) ni el referendum sobre la reforma del estatuto tuvo una participación acorde con el ruido que producen los medios y la clase política del nacionalismo catalán: fue exactamente de un 49,4%,
b) ni el supuesto problema del estatuto catalán le quita el sueño a los ciudadanos españoles de la misma manera que parece quitárselo a los medios y a la clase política del nacionalismo español: según el CIS el problema de los nacionalismos y/o el estatuto catalán solo está entre los principales problemas de un 0,3% de los españoles. De hecho, ni siquiera en 2006, cuando el estatuto fue aprobado y el Partido Popular realizó una campaña que incluía una recogida de firmas en su contra, llegó ese porcentaje a superar el 6,6%.
Tanto ruido y al final...
5 comentarios
A los que mas les interesa es a los políticos. Por eso es por lo que se le da tanto bombo.
Evaristo, ¿sabes lo que más aterra a los partidos nacionalistas catalanes? Pues la posibilidad de que el TC rechace o mutile el Estatut... y que no pase nada. Que la vida en Cataluña siga igual, que la gente no tome las calles, que no se clame contra el centralismo opresor.
Por eso llevan semanas de coacciones intolerables. Por eso a un partido como ERC (que votó en contra del Estatut) ahora parece que el TC le quiere violar una hija. Por eso el PSC saca músculo y le recuerda a ZP que sin sus 25 diputados no sería presidente.
Los nacionalistas no son nadie sin un enemigo contra el que azuzar a sus votantes y aglutinarlos en torno a ellos. Por eso no consentirán de ningún modo que el Estatut sea recortado en el TC: para evitar que los catalanes demuestren que a ellos lo que les importa son las cosas que importan de verdad.
Da muuuuucha vergüenza y asquito este gobierno en la sombra que hace el PP controlando de manera torticera las instituciones. Ah, se siente, todo vale, porque la del PP y a mucha honra es una moral sin complejos que, en román paladino quiere decir lo ancho del embudo es mío y me paso lo demás por el arco del triunfo. Que se haya convertido al TC (con unos cuantos miembros en prórroga forzosa motivada de manera artificial por los del ave carroñera) en una cámara política adicional es como para vomitar y no parar.
El problema es el paso del tiempo, que acaba por pudrir las cosas. Lo mas gordo no seria que el TC recortara el estatut... lo mas gordo es que han pasado tres años y aún estan mareando la perdiz, las recusaciones infantilistas... y el pequeño detalle de que este TC está más caducado que Verano Azul...
Mi opinión está en el paparajote. blogspot.com. Con los dos últimos post resumo lo que pienso.