El linchamiento
Tras la cobarde agresión al consejero de Cultura de la Región de Murcia Pedro Alberto Cruz, el Partido Popular al unísono, con el presidente regional Ramón Luis Valcárcel a la cabeza, ha acusado a la "izquierda poliédrica y recalcitrante" del ataque y al Partido Socialista de la Región de Murcia de su "autoría intelectual" y de "corresponsabilidad" con un "estado de linchamiento", así como de haber puesto al consejero en "la diana" de "las hordas". Declaraciones que describen una Región de Murcia en la que ser líder del Partido Popular vendría a ser una actividad de riesgo y en la que sus simpatizantes y militantes tendrían que esconder sus ideas en público, ya que habría un diseño político que provendría de la izquierda para fomentar el odio hacia el PP.
Ya. Claro.
¿Pero a quién pretenden engañar? Si ha habido en las dos últimas décadas un diseño político para perseguir a un determinado partido en la Región será si acaso el de la derecha política y mediática contra el PSRM. Persecución que empezó con las acusaciones de corrupción al presidente socialista Carlos Collado y a su gobierno (acusaciones de las que fue totalmente exonerado años después, pero que aún siguen repitiendo como un mantra muchos simpatizantes del PP) y que llegan quizás a su punto culminante con la afirmación de la portavoz del ejecutivo murciano el año pasado de que "cada vez se hace más difícil compatibilizar ser socialista y ser murciano". Porque de eso se ha tratado en todo momento a lo largo de estos años, con el nacionalismo hidráulico como eje central de su estrategia y utilizando para ello todos los resortes de que disponen tras 16 años en el gobierno: de desterrar a los socialistas, de acusarles de traición, de cobardía y de ir en contra de los intereses de Murcia, al tiempo que se culpaba de todo lo malo al gobierno de Zapatero. Durante los años del ladrillo cualquiera que no comulgase con el pensamiento único era tachado de "antimurciano" y, ahora que se demuestra que ese modelo económico era un tremendo error, se pretende acallar las críticas con la estrategia de que la mejor defensa es un buen ataque. Otro más.
Como digo son ya casi dos décadas de la crítica más feroz contra los socialistas en general y los de la propia región en particular. Crítica feroz, pero crítica política al fin y al cabo, y por eso nunca desde las filas socialistas se ha llegado a acusar al gobierno regional de corresponsabilidad con ningún estado de linchamiento ni con poner a nadie en la diana. Ni siquiera cuando dirigentes del PP animaban a la gente a recibir a Narbona "como se merecía" por "reirse de los murcianos":