Tú tenías razón
...con respecto a la Región de Murcia, (Zapatero) precisó que le corresponden "los mismos hectómetros cúbicos del proyectado trasvase del Ebro", con la diferencia, matizó, "de que el agua de este programa es segura, para siempre, que no dependerá de si llueve o no llueve, ni tampoco de los ciclos de sequía que afectan periódicamente a España".
Siguiendo en esta línea, destacó que el programa A.G.U.A. en la Cuenca del Segura supondrá "un total de 378 Hm3, de los cuales 230 serán para regadío y 148 para abastecimiento, y de esa cantidad, el 50% procederá de la desalación, el 15% de la modernización de regadíos, el 20% de reutilización de aguas depuradas y el 15% se deberá a las mejoras en la gestión".
Hace más de dos años me estuviste contando todo eso mientras nos tomábamos una cerveza en la cocina. Aunque tú no lo describieses así, porque eras demasiado modesto para intentar impresionarme, se trataba de los planes a corto y medio plazo para que la Región de Murcia no volviese a tener problemas de abastecimiento de agua. La alternativa real a ese trasvase del Ebro, el cual, de haberse hecho, estaría condenado a un futuro incierto y dependiente de demasiados factores externos, como desgraciadamente ocurre con el del Tajo.
¿Quién podía garantizar un caudal de agua trasvasada en los años de sequía? ¿Acaso no habría estado Murcia siempre la última a la cola cuando hubiese poco que repartir? ¿Quién nos garantizaba que un Plan Hidrológico Nacional aprobado sin consenso político ni regional iba a mantenerse en las mismas condiciones en que fue impuesto? ¿Cuánto habría costado el agua? ¿Cuándo habría estado disponible? ¿Cuántas restricciones de abastecimiento habríamos sufrido antes de que se hubiese puesto en marcha, inmersos como estamos en la peor sequía de las últimas décadas? ¿Cómo se iba a financiar el proyecto?
El plan que tú me enseñaste, y del que manejabas las cifras con la soltura del que lleva toda la vida trabajando con ellas, sí podía dar respuesta a todas esas preguntas. Las necesidades reales para riego y consumo humano; el aprovechamiento de las aguas depuradas; los kilowatios hora necesarios para generar cada metro cúbico de agua desalinizada; la longitud mínima que debía tener el emisario del agua excedente del proceso; las nuevas vías de canalización desde las plantas junto al mar a los embalses y depósitos de la red existente; la inversión para mejorar dicha red, por la que hasta ahora se desperdicia un insultante porcentaje de un agua que no tenemos; los hectómetros cúbicos garantizados anualmente mediante un sistema que no depende ni del clima, ni de la coyuntura política, ni de la solidaridad entre regiones; los plazos de ejecución; la financiación. Hasta ahora todo ha funcionado conforme al proyecto inicial. El plan AGUA es una realidad.
Dentro de unos años, cuando la Región albergue en época estival a más de 2 millones de personas sin que ello suponga restricciones de agua, probablemente nadie se acuerde de aquellos, unos pocos, que con valentía apostaron por la solución más eficiente aunque nadie diese un duro por ella. Aquellos que prefirieron trabajar por solucionar el problema en vez de aprovecharlo para ganar votos. Aquellos que hicieron los cálculos, negociarion para conseguir las inversiones y se pusieron manos a la obra.
No te quepa la menor duda de que habrá quienes, sin haber arrimado el hombro, pretenderán apuntarse el tanto. Como siempre. Esa es una de las consecuencias inevitables que tenían tu humildad y tu buena educación. Pero lo importante no es eso. Lo que verdaderamente importa es que ésta no es sino una de las muchas lecciones que hemos aprendido de ti. Y ese tanto no te lo puede quitar nadie.
2 comentarios
Efectivamente. Creo que no se pueden exponer las cosas con más claridad.
La gente debería saber que todo esto se fraguó con mucho trabajo, con muchas reuniones y sin salir en ninguna foto ni haciendo declaraciones en las que no se dice nada. Simplemente trabajando con datos, con bolígrafo y papel, con las ideas claras, con visión de presente y de futuro.
Gracias por todo, a los dos.
He releído tu post, Evaristo, bribón, y me vuelve a empañar la misma sensación que esta mañana. Sin duda él estaría orgulloso de ver cómo el proyecto se transforma indefectiblemente en realidad. Estaría contento e ilusionado con lo que queda por hacer. Y se sentiría feliz al comprobar que lo que te contó no se perdió envuelto entre la espuma de aquella cerveza, al comprobar que nos sentimos orgullosos de haber aprendido tanto de él e irremediablemente apenados porque el destino nos privó de seguir compartiendo cervezas y conversaciones en la cocina.
Gracias por empañarme el día, Evaristo.