Me escribe mi amigo el liberal-reformista de centro-derecha (ahora que escribe en su nuevo blog utiliza el pseudónimo de El Paparajote) un comentario en el post del otro día sobre la Ley del Aborto que me gustaría responder con detalle:
Eso de que entre los 16 y 29 años parece que hay tendencia proaborto es completamente entedible. Yo mismo no tenía una idea clara hasta que hace un año nueve meses y un día experimenté el acontecimiento mas bonito de mi vida que es el nacimiento de mi primer hijo y ya contaba con 33 años así que imaginaté un crio de 16 o 17 años.
Ahora soy antiabortista convencido y me produce un profundo asco y pena el bordeamiento de la ley del aborto que se hace en este pais.
Siempre hay una salida para ese niño salvo que su nacimiento sea una malformación congénita.
Reducir este debate a la religión es una excusa mas para favorecer el asesinato.
Efectivamente, y según el CIS, no es que
parezca que entre los jóvenes de 16 a 29 años haya una
tendencia proaborto, sino que rotundamente un 60% está a favor de que "debe decidir únicamente la mujer interesada", más un 19% que opina que "la sociedad debe poner ciertos límites", mientras que sólo un 17,5% está "en contra del aborto en todos los casos".
El razonamiento de mi amigo es muy común entre los conservadores, y suele seguir el patrón de "como yo no lo haría, hay que prohibir a los demás que lo hagan". Comprendo su entusiasmo tras la experiencia sin duda fascinante de tener un hijo, pero no creo que el sentimentalismo aporte nada a la hora de alcanzar una solución a este asunto, tan viejo como la humanidad. También es preferible el amor eterno al divorcio; o que los niños no sufran las consecuencias cuando sus padres se separan; o morir de viejo mientras duermes en vez de sufrir la larga agonía de una enfermedad terminal... pero desafortunadamente vivimos en un mundo imperfecto con problemas reales, y de lo que se trata no es de lo que haría uno ante una situación, sino de si se deben criminalizar las otras opciones. Me parece en cualquier caso muy reveladora la confesión de que él mismo también mostraba esa "tendencia proaborto" antes.
O sea que alguien que ahora tiene 35 años, su propia familia, un trabajo y una casa, se considera legitimado para mandar a la cárcel a otros por tomar una decisión que él mismo podía haber tomado cuando era más joven y más vulnerable. Entonces lo habría sopesado, como la inmensa mayoría de las personas de esa edad ante una decisión tan transcendental y complicada como es tener un hijo. Pero ahora tiene las ideas claras y es un antiabortista convencido que habla de asesinato, de pena y de profundo asco.
Claro, yo me pregunto que, si tan convencido se está de que el aborto es un asesinato, cómo puede uno encontrar una excepción para cometerlo en casos de malformación congénita. ¿Por qué? ¿Está acaso a favor del asesinato de los niños o adultos que tienen alguna malformación? Como imagino que no lo está, ¿por qué hace entonces esa distinción entre niños nacidos y no nacidos? ¿No se supone que los no nacidos son tan personas como los nacidos? ¿En qué quedamos, el aborto es asesinato o no lo es? ¿Desde cuando un asesinato deja de serlo dependiendo de la salud de la víctima?
Se trata sin duda alguna de un debate complejo, en el que no creo que haya una única solución absoluta y verdadera. No obstante, y para que no quepan dudas, mi postura es la de no penalizar el aborto dentro de un plazo determinado, plazo que debe ser sometido a criterios extrictamente científicos (sin sotanas, por favor), y que a la vista de
lo que vienen haciendo los países de nuestro entorno estaría entre las 12 y las 20 primeras semanas de gestación (si me preguntasen a mí, que no soy experto, me decantaría por las 12 semanas). A partir de ese momento, y sólo en casos de malformación congénita o peligro para la vida de la madre, entiendo que la decisión debería quedar a cargo de un comité de ética médica.