Me había dejado sin contestar algunos comentarios en mi último post sobre un capítulo de El Espejismo de Dios (Richard Dawkins) que me parecen muy interesantes y creo que merecen su propio post. Vaya por delante que, aunque mis respuestas se centren en matizar nuestras diferencias de opinión, creo que en lo fundamental estamos de acuerdo.
Alain dijo el 13/7/08 8:39 PM
El artículo se olvida o al menos no hace hincapié en varias cuestiones importantes a la hora de analizar la evolución. Y es que, además de la selección natural hay otros factores importantes: el puntualismo, esto es, catástrofes que provocan un gran cambio de especies (sin el cual, por ejemplo, los mamíferos no habrían podido imponerse a los reptiles); la deriva genética en cuestiones superfluas (el RH vasco y finés, por ejemplo, se derivó hacia el negativo por casualidad mientras los pueblos no aislados favorecían el positivo) y la selección sexual absurda desde el punto de vista de la selección natural (la cola de los pavos reales les facilita la elección por parte de la hembra, pero no representa ninguna ventaja más, sino al contrario).
Lo que sucede es que la selección natural es el más extendido en los países capitalistas (Richard Dawkins es británico) por razones obvias: el más apto sobrevive y a los pobres que les jodan, porque son pobres por ser inferiores y deben morir. Es el que nos han inculcado a nosotros, mientras en la URSS fue el puntualismo la explicación fuerte por el tema de la revolución.
Respecto al planteamiento de la existencia de Dios, como científico excomulgado, no puedo estar más de acuerdo. Que no vengan a rezar a nuestras escuelas y nosotros no iremos a pensar a sus iglesias.
Alain, en mi opinión, si bien es cierto que el artículo no hace un análisis exhaustivo de los distintos aspectos de la teoría de la evolución (que quedan fuera del alcance de este libro), también es verdad que la selección natural es, con diferencia, el factor más importante de dicha teoría, aunque haya otros que la complementen. Respecto al puntualismo, que algunas catástrofes produjesen cambios bruscos en el entorno que afectasen al
equilibrio de poderes entre las especies, no invalida, sino que refuerza, el hecho de que esas especies se fueron adaptando a esos cambios por selección natural, aunque esta se viese acelerada de forma brusca. Dicho de otra forma, las especies de mamíferos capaces de ocupar el lugar de los dinosaurios no fueron las que había en el momento de esa catástrofe, sino las que resultaron del proceso de evolución al cambio por selección natural tras la catástrofe. Respecto a la selección sexual, de los pavos reales por ejemplo, hay que destacar que la cola sí representa una ventaja más: aumentar las probabilidades de éxito reproductivo que la descendencia masculina de esa pareja tendrá en el futuro, ya que también dispondrá de una cola que “atrae” a las hembras. Desde el punto de vista del gen egoísta (libro por cierto donde creo recordar haber leído este argumento), se trata de una ventaja fundamental. Por la misma razón es beneficioso el aparentemente altruista suicidio de una abeja al clavar su aguijón para defender al panal de un agresor externo: sus hermanas de panal tienen exactamente sus mismos genes y así aumentará su probabilidad de propagarlos.
Respecto a las otras consideraciones, estoy con Dawkins, y estoy seguro que tú también lo estarás, cuando deja bien claro en cada uno de sus libros que el hecho de que él secunde desde un punto de vista científico la explicación de la evolución mediante selección natural no quiere decir que le parezca adecuada desde un punto de vista moral o político. Son cosas distintas. Que luego haya políticos o religiosos que quieran mezclar conceptos para intentar reforzar sus argumentos con un aura pseudocientífica, ése es su problema.
En cualquier caso, como digo, mis discrepancias son sólo por matices. No podría estar más de acuerdo con tu última frase.
3dm dijo el 16/7/08 10:13 AM
(...)Está bien lo relativo a la improbabilidad de Dios, la regresión de causas, que lejos de explicar nada complica aún más las cosas... pero no combate, en mi opinión, el principal argumento teísta que es la fe.
Biológicamente descarta la necesidad de un Dios, ahora cosmológicamente y físicamente admite las dificultades... y a mi el principio antrópico no me satisface del todo.
En fin, que sigo como estaba. Muy bien estudiada la religión como subproducto, muy bien descartado un diseñador... pero eso no sirve para combatir a un tío inteligente que cree en la evolución, considera que su religión es una forma de comunidad filosófica como cualquier otra y que simplemente tiene fe en algo sobrenatural más allá de la materia y la energía(...)
3dm, efectivamente, ése es el razonamiento circular más común al que suelen recurrir los creyentes cuando se habla de este tema: si Dios es altamente improbable; si utilizarlo como comodín para rellenar las lagunas a que todavía se enfrenta la ciencia, lejos de explicar nada, lo único que hace es multiplicar innecesariamente la complejidad de esas lagunas; ¿a qué viene refugiarse como último argumento en la fe… en ese mismo Dios que estamos descartando de forma racional? En el contexto de una discusión científica sobre la hipótesis de Dios, la gente que recurre a la fe no está aportando un argumento, sino que recurre a una forma bastante poco elegante de finalizar unilateralmente la discusión. ¿Recuerdas el anuncio aquél que decía “me llevo el Scattergories”? Pues eso.
Respecto a quienes consideran que la religión es una “comunidad filosófica” creo que, primero de todo, y como dice el artículo, para empezar hay que establecer claramente a qué nos referimos por Dios. Alguien que llama Dios a las maravillas de la naturaleza o a la inmensidad del Universo, pero que no cree en un Dios personal que está atento a las plegarias y el comportamiento moral de unos individuos concretos de una especie concreta de un planeta concreto de una galaxia concreta, sino que simplemente cree en “algo sobrenatural más allá de la materia y la energía”, sin atribuirle una inteligencia, ni un propósito específico respecto a nosotros, ni responsabilidad en la creación del Universo o de la vida en la Tierra, no parece ser alguien que esté en contra de lo que dice este artículo. Y si sí está en contra, y si para rebatirlo aporta el “argumento” de la fe, o si de sus afirmaciones se desprende que finalmente sí le atribuye a ese “algo sobrenatural” características de lo que comúnmente se entiende por Dios, entonces, en mi opinión, lo único que está haciendo es recurrir al razonamiento circular que apuntaba antes, pero disfrazándolo con el velo pseudofilosófico de un indefinido misticismo sobrenatural.