Lo que opina la derecha de mí
Agapito Maestre, catedrático de Filosofía (menos mal que yo estudié Informática), columnista de Libertad Digital, escribe las siguientes chorradas en El Mundo:
El lector de El País es un ser instalado cómodamente en lo que ordenen los dirigentes socialistas en general, y su periódico en particular, está predispuesto a recibir cualquier consigna que refuerce su estado de letargo y autoengaño ante lo real.
(...)
La imposibilidad que tiene el lector de El País de ilustrarse, de salir de su minoría de edad, a través de la lectura de este medio resulta pavorosa. La mentira, sí, que ve y descubre con sencillez cualquier ciudadano ilustrado, observador imparcial o apasionado de la realidad política y dispuesto a cambiar su voto, después de estudiadas las diferentes ofertas electorales, no es vista por el lector de El País sino como un mito.
(...)
La cuestión es trágica. Puesto que sin ilustración, sin voluntad por salir de su auto-culpable minoría de edad intelectual, por decirlo kantianamente, los lectores de El País no podrán ser ciudadanos.
(...)
Por otro lado, El País es el patrocinador de quienes no desean conocer la verdad sobre el 11-M; quieren pasar página y empezar de cero como los simios.
Lo que opina la derecha de mí es que soy menor de edad, no sé pensar por mi mismo, soy tonto, parcial, desinformado, sectario y no puedo ser ciudadano, entre otras cosas porque soy un mono, pero sobre todo porque no quiero conocer la verdad sobre la tragedia del 11 de Marzo de 2004.
Todo el mundo sabe que los lectores de El Mundo disfrutan de una visión de la realidad imparcial que les permite formarse una idea en cada momento de las diferentes ofertas electorales para cambiar su voto de forma razonada y ser, al fin, verdaderos ciudadanos. Los lectores de El Mundo están en el último eslabón de la cadena evolutiva (aunque muchos de ellos prefieren hablar de diseño inteligente) y su periódico les ofrece los testimonios más creíbles y solventes para que puedan conocer la verdad que el estado pretende ocultarles. La verdad a cualquier precio.
Gracias Agapito. Hacía tiempo que no me reía tanto. De hecho, he buscado en tu hemeroteca y he podido comprobar que no tiene desperdicio: España es católica o no es.
Más cachondeo en Periodismo Incendiario.
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